HASTA CUANDO TANTO TANTO MALTRATO

ALHAURÍN EL DIVERTIDO
Y vuelvo con mi particular batalla. Hoy hemos podido ver un nuevo ejemplo de lo que es la diversión 'made in Spain'. En Alhaurín el Grande una panda de salvajes ha apaleado hasta la muerte a una vaquilla. No, no se trataba de unos vándalos que se hubieran colado en una finca en plena noche para llevar a cabo la atrocidad, grabarla con el móvil y compartirla graciosamente vía Facebook, como aquéllos que decidieron jugar un partido de fútbol utilizando gallinas vivas como balón. No. Se trataba de un espectáculo de recortadores, que es como se llama a los imbéciles que se dedican a saltar los toros en la plaza, incluido en el programa de las fiestas patronales del mencionado pueblo malagueño.Pero unos cuantos gilipollas decidieron que sería más divertido emprenderla a golpes, patadas y puñetazos con el animal, que, obviamente, no tuvo opción de defensa. Y todo, bajo la atenta (y pasiva) mirada de la Policía Local y con el consentimiento del Ayuntamiento. Su teniente de alcalde ha declarado que la muerte de la vaquilla se produjo por un traumatismo craneoencefálico provocado por otra vaca que pasó por encima de la primera. Y tan feliz. De la incalificable paliza recibida por el indefenso animal ni palabra. Claro, al fin y al cabo dentro de un año hay elecciones municipales y los vecinos, aunque hijos de ......son también votantes. Mejor no enfadarlos.En fin, más de lo mismo. España es un país donde matar a golpes a una vaca es diversión, perseguir a un toro por el campo clavándole estacas es tradición, arrojar a un pavo o una cabra desde un campanario es celebración y torturar hasta la muerte a un toro con banderillas, lanzas, a las que llaman puyas, y espadas es cultura. ¡Y olé!