El Colectivo Antitaurino y Animalista de Bizkaia (CAAB) presenta hoy 20 de marzo una denuncia ante el Juzgado de Instrucción contra el despiadado responsable del perro Beethoven, ahora llamado Goliath, por el brutal y salvaje maltrato al que sometió a su perro el pasado 16 de marzo, al que incluso intentó matar enterrándolo vivo tras golpearle salvajemente con una barra metálica.
El sádico individuo, residente al parecer en el municipio de Portugalete, decidió abrir el craneo de su perro a golpes con una gruesa barra de metal, después de que los veterinarios se negasen a eutanasiar a su perro. Anteriormente a golpearlo, había intentado ahorcarlo con una soga. Las patas y el hocico del animal fueron atados con bridas.
Posteriormente, con el animal gravemente herido, sangrando y con la cabeza abierta, el individio procedió a cavar una tumba para enterrarlo vivo.Gracias a la valentía de un vecino que se atrevió a denunciar los hechos a la Policía Local de Portugalete, se pudo salvar la vida del animal.
Este Colectivo eleva los hechos ante el Juzgado de Instrucción y se presenta como acusación particular, con la intención de que al agresor se le imponga la máxima pena que marque la Ley.
Por desgracia, el caso de éste perro no es aislado. Beethoven (ahora Goliath) ha vivido una vida de infierno, atado a una corta cadena durante sus trece años de vida en una de las chabolas de las huertas en el extrarradio de Portugalete.
Es habitual en Euskadi que determinados individuos adquieran un perro pensando que es una alarma anti-rrobo y lo encadenen de por vida a la entrada de su baserri o su chabola. Ésta es una práctica en teoría prohibida por la Ley de Protección Animal Vasca, ante la cual sin embargo, Ayuntamientos y Diputación hacen la vista gorda.
Éstos perros, totalmente desatendidos y enfermos debido al encadenamiento perpetuo, son usualmente matados a palos o con veneno por sus dueños cuando ya no los quieren, sin que la Administración mueva un solo dedo.
Una situación vergonzosa para una Euskadi, que se las da de moderna y avanzada, y que sin embargo da cobijo a unas prácticas totalmente bárbaras y propias de un pueblo atrasado y sin moral.
Desde el CAAB exigimos tanto que el salvaje ataque a Goliath sea reprendido con la máxima pena, como que Gobierno Vasco, Ayuntamientos y Diputación se empiecen a mover para acabar con el “chabolismo perruno”, que es una de las prácticas de maltrato animal mas frecuentes en Euskadi, y sin embargo, más permitidas y pasadas por alto por la Autoridad.
Un perro es un ser vivo, no una alarma antirrobo que languidece encadenada toda su vida a la puerta de un baserri o de la chabola de la huerta del aldeano de turno. Y que después puede ser “desconectada” con una barra de hierro y una tumba.