como Italia, Alemania o Brasil. Aquí, en España, más de 100.000 personas han seguido con celo este caso de maltrato, uno más entre los millones que hay en nuestro país, a través de la página de Facebook de Let’s Adopt, una asociación que se encarga de rescatar animales que se encuentran en situaciones críticas para curarlos, por dentro y por fuera. El objetivo es convertir los casos imposibles en posibles. Y contemplar la eutanasia como última opción. Acogen animales de la calle, abandonados, maltratados, violados y sin dueño. Les realizan operaciones complicadísimas, pioneras en España, cirugías reconstructivas, implantaciones de huesos de titanio, reconstruyen una columna vertebral partida en dos o exterminan uno a uno a miles de gusanos que se comen por dentro a un perro abandonado tirado en una acequia. Es magia científica de bisturí. Un trabajo lleno de mimo que sale adelante, sobre todo, gracias a las donaciones de una amplia comunidad que crece y se consolida poco a poco, para conseguir que vidas casi muertas dejen atrás lo más parecido al infierno.
De allí llegó Betsy. Se la encontraron tirada y en choque hace más de tres meses en un campo murciano. No se sabe a ciencia cierta qué le pasó, pero por la gravedad de sus heridas parece que la utilizaron de esparrin para perros de pelea. Ella, por lo visto, ni se movió. Se dejó comer, literalmente. El ataque se centró en la cara y en las patas delanteras y, aunque su piel es gruesa y fuerte, no resistió las dentelladas y acabó con el morro y los labios a tiras y el cráneo y el hueso maxilar inferior expuesto. Lo cierto es que estaba viva de milagro, porque el mayor ataque lo sufrió en el cuello, donde intentaron partirle la yugular para impedir que entrara el aire. Cuando fue rescatada, ni se movía. Apoyaba su cabeza sobre las manos de quien la sostenía y sin más, cerró los ojos..