Gracias Kimba..

Gracias Kimba..

Por favor..ADOPTA NO compreis!!!!

nos necesitan...

nos necesitan...
.Nos necesitan...

Somos Amor..Somos el Mundo..

Nos necesitan!!!!

Nos necesitan!!!!

GRACIAS POR VISITARNOS...

GRACIAS POR VISITARNOS...
Ha fallecido por la Leishmaniosis.|||Siempre estará con nosotr@s

..

Free background from VintageMadeForYou

MIS AMIG@S---MI FAMILIA

jueves, 10 de abril de 2014

????????????????????????????????????????????????????????????






  • Gracias a la organización Peta se ha visto cómo en China los conejos de angora son despellejados vivos.


China no es país para ser de angora





Los conejos de angora chillan como humanos. Les arrancan sus largos pelos blancos a mano. Se contornean desesperados y nada inmuta a los operarios. Lo hacen hasta dejarles la mayor parte de su sensible piel en carne viva, de un rosado tan intenso que parece escarlata. Un espantoso vídeo grabado clandestinamente por la organización de defensa de derechos de los animales Peta lo prueba. Demuestra cómo se obtiene su preciada lana en China, que genera el 90% de la producción mundial. Y ha causado una conmoción en los gigantes de la moda mundial. El impacto va desde Inditex a sus mayores rivales Gap, H&M, C&A... Han detenido toda la producción. Todos sus pedidos.
Nunca se había probado semejante proceso cruel --de modo continuado-- contra un ser vivo. Porque la tortura de los bellos conejos de angora es incesante. Cuando el pelo les vuelve a crecer, tras tres meses, sus heridas se han curado, el conejo es atacado de nuevo. Carne viva, sangre, temblores, chillidos... Así durante el resto de sus días. Hasta que mueren entre los dos y los cinco años. El peso de la prueba de tanta crueldad está en el vídeo de Peta. Dura apenas dos minutos. Ya supera las 250.000 visitas en Youtube.
Lo natural sería que se les esquilara como a ovejas u alpacas, reduciendo al mínimo su dolor. Pero no es así en China. ¿Por qué?Con el despelleje se obtiene entre un 50 y 75% más de pelo y --en teoría-- también la calidad es mayor. Es decir, por aumentar la producción de un tipo de lana apreciada por su suavidad y porque su fibra es de las que que más abriga. Dinero por dolor. «Los conejos son animales sociales, inteligentes, sensibles... Tienen personalidades individuales y forman enlaces de toda la vida con otros. Como se puede imaginar, sufren un intenso dolor y terrorcuando están encerrados en jaulas muy pequeñas, son maltratados y tienen la piel arrancada de sus cuerpos», dicen los activistas de Peta. La organización invita a que no se compren prendas de este material hasta que las granjas chinas prueben que la crueldad se ha detenido. Por lo pronto, muchas grandes marcas mundiales se han visto contra las cuerdas.
«Es un año de mucho punto. Y se usó este material noble en marcas como H&M y Armani, por ejemplo», aseguran Isabel Moralejo y Paloma Simón, directora y editora de moda de Yo Dona, respectivamente. La conmoción va desde EEUU a Escandinavia. Para Peta está probado que actualmente no se puede producir prendas de angora sin torturarlos. Las cifras planetarias les reafirman, pues de los 56 millones de conejos de angora para este fin, 50 millones están atrapados en granjas chinas.
El gigante sueco H&M se ha visto enormemente afectado. En las últimas temporadas había apostado por este delicado material, el que, por cierto, usaba la estrella pop Lana del Rey [ella luciendo un jersey rosa, cantando el cover de Blue Velvet, era uno de los iconos de la campaña 2012]. En estos días la marca ha anunciado que todo aquel que tenga una prenda de angora puede devolverla y recuperar su dinero. Y Stella McCartney ha decidido nunca más fabricar ropas con angora.
Sin tanta contundencia, otras grandes marcas -- Marks & Spencer, Calvin Klein, Topshop...-- han paralizado toda compra y producción de prendas. La española Inditex también. Asegura haber «enviado inspectores a sus proveedores y hasta que no se certifique que no se maltratan animales no se comprará más angora». Sin embargo, muchos creen que no es suficiente. Zara ha recibido más de medio millón de solicitudes para que detenga la venta de todos los productos de angora. El tabloide inglés The Mirror ha sido uno de los más furibundos contra la marca española al asegurar que a pesar del horror de los vídeos -según especialistas consultados, los conejos chillan como si estuvieran siendo atacados por un depredador-- han podido comprar por 46 libras en Oxford Street prendas de angora etiquetadas por Zara. También se ha acusado de la misma indiferencia a las norteamericanas Gap y a Ralph Lauren, este último con prendas de más de 1.500 euros. «Nuestros controles de calidad son muy altos, pero igual hemos paralizado la compra de angora hasta que lleguen los informes... Tenemos tolerancia cero con el maltrato animal», aseguran desde el emporio de Amancio Ortega.
En cualquier caso, es un impúdico error más para el gobierno chino que no hace nada por detener el maltrato a los animales. En un país donde la vida humana se puede quitar por protestar, los otros seres vivos son meros objetos. Existe un proyecto de ley de protección animal, redactado por un jurista de la Academia de las Ciencias Sociales, archivado desde hace tres años. Saben los chinos que perderían su supuesta competitividad mundial. Alcanzar los estándares de países respetuosos con los derechos de los animales elevaría sus costes. Nada de eso interesa en un país donde los perros pueden ser cocinados vivos para el consumo humano [como probó laONG española Igualdad Animal, con vídeos y fotos de una nitidez escalofriante, en primicia en Crónica hace meses].
Los conejos de angora son parte de la historia reciente de la locura de la humanidad. El nazi Himmler creó habitáculos climatizados y en las mejores condiciones --de alimentación y mimos-- para lograr la mejor producción. En paralelo, era máximo responsable del holocausto judío.
Se ha pasado al extremo opuesto. Torturándolos como no se había visto nunca. Carne viva, sangre, temblores, chillidos... Hasta su muerte.