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Ha fallecido por la Leishmaniosis.|||Siempre estará con nosotr@s

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MIS AMIG@S---MI FAMILIA

miércoles, 31 de agosto de 2011

POR ADA Y TANTOS COMO ÉL...

Copio del foro Animales sin Hogar

DIFUSION MASIVA - ESTA ES NUESTRA OPORTUNIDAD

Bueno, ahora no os voy a pedir ayuda para ningún perrete, sino que ahora quiero pedir difusión MASIVA y ayuda para que esto no quede impune.
La historia es: un buen día, un buen hombre vió a otro, no tan buen hombre, tirar una cachorra de mes y medio a un contenedor de basura.
Gracias a dios, ADA que así la bautizamos, estaba viva y el buen hombre la sacó del lugar de su cercana, malvada y segura muerte.
Este hombre se la llevó a casa y nos llamó para que le ayudaramos a darla en adopción.

HOY POR HOY ESTA FELIZMENTE ADOPTADA Y CRECIENDO EN UNA BUENA FAMILIA!

Se denunció el caso y ahora ha salido el juicio.

Lo que pretendo es reunir al mayor número de gente para acudir a las puertas del juzgado y hacer una protesta, para que esto no quede impune y que se penalicen estas barbaridades. Acudiremos con pancartas con la foto de la perrita, con frases en contra del maltrato y abandono animal, y a ser posible, también acudirá ADA con su familia.

El Juicio se realizará en un juzgado de un pueblo de Valencia a finales de Septiembre, será por la mañana.
También pedimos colaboración gratuita de algún/a abogad@ animalista, somos conscientes de que sin la ayuda de algún profesional, poco se va a poder hacer.
Quien pueda acudir a la protesta y quien pueda ayudarnos profesionalmente, rogamos se ponga en contacto con:

TERE: tereadoptasalvaunavida@gmail.com o 645784096

Venga animalistas! ese día seremos su voz! NOS NECESITAN!!!! No podemos dejar pasar estos casos!

PENA DE CARCEL YA PARA ESTE TIPO DE GENTE!!!!!!

DIFUNDE Y HAZ LLEGAR ESTO AL MAYOR NÚMERO DE PERSONAS, ESE DÍA TIENEN QUE VER, QUE ELLOS NO ESTÁN SOLOS!!!!!
Gracias!!!


martes, 30 de agosto de 2011

CUANTO AMOR...APRENDEREMOS DE ELLOS?

Momentos adorado con animales








jirafa y ardilla

Por qué amar a los animales?
Porque lo dan todo, sin pedir nada.
Porque ante el poder del hombre,
que cuenta con armas…son indefensos.

Porque son eternos niños, porque no saben de odios…
ni guerras.
Porque no conocen el dinero y se conforman solo
con un techo donde guarecerse del frío.


Porque se dan a entender sin palabras,
porque su mirada es pura como su alma.
Porque no saben de envidia ni rencores,
porque el perdón es algo natural en ellos.

Porque saben amar con lealtad y fidelidad.
Porque dan vida sin ir a una lujosa clínica.
Porque no compran amor, simplemente lo esperan
y porque son nuestros compañeros, eternos amigos
que nunca traicionan.

Y porque están vivos.
Por esto y mil cosas mas…merecen nuestro amor!
Si aprendemos a amarlos como merecen…
estaremos más cerca de Dios.

Madre Teresa de Calcuta



viernes, 26 de agosto de 2011

OFENDIDOS...?




CAZADORES OFENDIDOS? y YO ME PREGUNTO ¿pOR QUÉ?




.En las palabras –gatilladas, más que escritas - por un conocido cazador en una revista cinegética con motivo de la reciente aparición de dos linces muertos en Sevilla, ¡dos más!, uno atropellado y el otro acribillado, percibo un inquietante tufillo a pólvora de despiste, tras cuyo humo de lamentaciones y condenas se me antoja que se esconden las verdaderas dianas a las que apuntan las balas disparadas por su pluma: la exculpación de cazadores en los hechos y, de paso, la denostación de los que barruntan que fueron precisamente esos, los del rifle, canana y gónadas plúmbeas dominicales, los presuntos responsables de la muerte del animal tiroteado.

Este hombre, al que por cierto se le ve un pelín nervioso últimamente, lleva a cabo una sorprendente exhibición de filigranas argumentales para caminar intentando no tropezar en un sendero plagado de evidencias pasadas y presentes que sugieren lo que él niega, al tiempo que muestra su indignación por sentirse desamparado y ultrajado en su corporativismo como ufano cazador que es. Que quede claro que lo que tienen ante ustedes no es un ataque contra su persona. No tengo el gusto de conocerle más que por sus textos y la verdad, ni falta que me hace, lo que no significa un desprecio, sino coherencia. Son únicamente reflexiones vertidas al hilo de las suyas, las que realiza como miembro destacado de un colectivo en un medio público.

El autor demuestra estar muy ofendido porque los que denomina “ecologistas de salón” reclaman justicia ante la muerte de los linces. La verdad es que siempre será preferible lucir inquietudes conservacionistas aún limitados por los tabiques de nuestra casa, que darse un garbeo por el campo para acabar con la vida de animales y después colgar sus cabezas a modo de trofeo en las paredes de la vivienda, además de apoyar los lances en la barra del bar.

Puesto a elegir escojo a un “ecologista de salón” antes que a un “escopetero de monte”. Por mucho que estos últimos divulguen su función como reguladores del control de especies. Sólo les falta afirmar que matan sin ganas pero que se sacrifican por la comunidad. Y llama la atención que nos quieran vender sus cadáveres como un mal menor cuando en la encuesta abierta actualmente en una página cinegética y ante la pregunta de qué considera cada uno que es la caza, un 10% responde que control poblacional y un 90% asegura que es una pasión. Palabra de cazador, no es la mía.

No hacen más que corroborar tales resultados otros datos, como son las repoblaciones efectuadas para seguir disponiendo de objetivos al otro lado de la mira, los censos elaborados sin el menor rigor y con datos que se han demostrado falseados, o el éxito de los safaris en el extranjero vendidos a cazadores españoles para poder matar especies aquí protegidas o inexistentes. ¿Control poblacional? No no. Gustito por apretar el gatillo. Las cosas por su nombre.

Y al referirse a sus pares de afición dice que ya está bien de insinuaciones, de acusaciones infundadas o de la más absoluta falta de presunción de inocencia con un colectivo que, con honrosas excepciones, cumple su papel y función social. O sea, a ver si lo entiendo, que para él lo “honroso” son los – a su criterio – escasos escopeteros que harían algo así (sic). Vale, vale, fue un lapsus que cometió y no que su subconsciente se sentase al teclado. Todos tenemos distracciones y no hay problema mientras sean frente al ordenador. Lo trágico es cuando se producen en el monte con un arma en las manos y tales despistes acaban con el juez de guardia levantando un cadáver “accidental”. Este año, de esos, llevamos unos cuantos, cuando uno sólo ya sería demasiado. Pero dejemos tan terrible asunto para otro jueves.

En el texto también podemos leer que si un cazador, de los que denomina “de verdad”, por error, por supuesto, tuviese la mala suerte de abatir a uno de estos animales, nunca lo dejaría a la vista de todo el mundo para que se arme la marimorena. La mención al infortunio es que se las trae. Entiendo que con un rifle cargado hay que estar muy seguro de a qué se está apuntando, con lo que asumo que una persona con licencia y que ha pasado el examen pertinente jamás descerrajaría un tiro sobre un blanco sin identificarlo previamente.

Así que el escopetero ve al lince – porque lo ve, ¿no?, de otro modo no dispararía - asegura el tiro, aprieta el gatillo, lo mata, y de todo eso le tenemos que echar la culpa a la adversidad. Pero qué difícil es de digerir la explicación que nos ofrece. Y después nos cuenta que el cazador profesional, el bueno, el consciente y responsable, tras cargarse al desdichado felino lo ocultaría. Estupendo, ahora ya nos quedamos mucho más tranquilos sabiendo que esta gente es partidaria del “ojos que no ven multa que no me cae”. ¿Otra vez el subconsciente o un nuevo despiste?

Que el lince resulta molesto para los cazadores ya lo sabían allá por los principios del pasado siglo, cuando en el primer Reglamento de la Real Federación de Caza se le consideraba un animal dañino por su condición de alimaña y los ayuntamientos estaban obligados a pagar una cantidad por cada ejemplar muerto que les llevasen. La ley afortunadamente cambió, pero la idea de que sigue siendo un estorbo para los que se divierten saliendo al campo a matar criaturas es probable que no haya evolucionado en la misma medida, lo que sumado al ansia que algunos demuestran por no finalizar su jornada de balacera sin haber abatido a algún animal, explica en parte las papeletas que estos “deportistas” reúnen en la presunta responsabilidad de tales sucesos.

La caza furtiva, ciertas artes empleadas como son los cepos y lazos para la captura de otras especies en las que tienen la “mala suerte” de caer también los linces y hasta los envenenamientos, completan buena parte de las razones por las que este mamífero se encuentra en tan alto riesgo de extinción. No vamos a pensar que tras la otra causa principal de mortandad, los atropellos, estén también cazadores (conduciendo como algunos disparan, sin asegurarse qué hay delante), pero la razón lleva a la presunción – que no acusación, no se me vaya a enfadar este hombre – de que sí es así en la mayor parte de los casos en los que el origen de la muerte coincide con los métodos, furtivos o legales, utilizados por estos apasionados del rifle.

Y dicho esto quiero dejar claro que creo que la mayor parte de los cazadores, incluido el autor del texto al que me refiero, están en contra de tales prácticas, que además de acabar con animales protegidos no hacen más que ensuciar su actividad. La diferencia radica en que para ellos arrebatarle la vida a otros seres, las piezas cinegéticas “legales”, es algo limpio y digno. Muchos pensamos que no hay entretenimiento que pueda amparar “víctimas justificadas” y que el sufrimiento y la sangre vertida como resultado de un acto de violencia, son algo reprobable se encuentre o no en peligro de desaparición la especie que sufre, sangra y muere. El dolor no hace las distinciones que la ley sí contempla a la hora de determinar a qué criaturas puede matar o no el ser humano como pasatiempo.

La muerte de linces, la de paseantes o la de cazadores, son sólo algunas de las más dramáticas consecuencias de la permisividad con una afición cuya coartada, el pretendido control de población de animales, no es más que una mascarada para acicalar verdades que resultan menos digeribles: que constituye un negocio que mueve gran cantidad de dinero porque fomenta el placer que algunos sienten cercenando vidas. Un modo muy necio de entender la superioridad y muy cruel de ejercer “derechos” escritos por y para el hombre. Pero la ley se puede modificar. No lo olvidemos.

domingo, 21 de agosto de 2011

UNA HISTORIA DE AMOR

Una Historia de Amor.



En la desdentada boca de un cobertizo, y encerrada en una estrecha caseta de can, estaba una perra. Tenía hambre, tenía frío, y en el ambiente no planeaba un solo ruido, ni un murmullo; nada que le acelerara el vigor de la esperanza. ¿Por qué no venía su familia humana? Esa familia a la que ella le diera todo su amor, y en la que esperaba continuar hasta que el hachazo de la muerte marcara la separación. ¿Por qué este silencio? ¿Por qué esta soledad? ¿Qué hacía en esa oscuridad de noche interminable? ¿Ya se habían olvidado de ella? La reclusión la abrumaba, los huesos le dolían y las heridas frenaban la necesidad de movimiento. Aquellos que amaba golpearon impunemente la mansedumbre de su cuerpo amigo. No obstante, sentía añoranza por el tiempo ido, cuando la dicha remaba sin mancha de renuncia. ¿Será que hizo algo muy grave? Pero, ¿su nivel de culpa empañaba los días felices, al punto de cerrarle el acceso al perdón humano? ¡Ah!… si regresaran los recibiría sin rencor y volvería a jugar con ellos. La perra se negaba a aceptar su realidad; fue abandonada y el abandono ponía su suerte en la voluntad de los hombres. La Policía, con pulso firme abrió la caseta, y ante los ojos sorprendidos de la ley se reflejó la imagen de una perra whimpering, que escondía su recelo detrás de un mirar acobardado. Habíanla encerrado y la dejaron en el silencioso torbellino de la muerte lenta. La pobre respiraba con el miedo asilado en el gesto, la suciedad eclipsando su pelo, y la desnutrición apeándola de cualquier intento de fuga. Su deprimente estado lo describía todo; con ella el maltrato se cerró para dar paso al apogeo de la crueldad. La sacaron al aire libre, y la luz liberadora derivó en rayo turbio de la derrota; en viaje inútil hacia la nada. La piedad ablandó los corazones de los policías, y en decisión hermanada con la premura, la llevaron a Nuneaton Warwickshire Wildlife Sanctuary, dirigido por Greff Grewcock. Un sitio conocido como refugio para animales abandonados, huérfanos o necesitados de atención urgente.

Entró al Centro mirando de reojo; con la desconfianza esquiando en sus costillas. El lugar le resultaba extraño y aquellos que la recibieron manifestábase propensos a poblarla de cariño. Un destello de afecto afloró en su mente, pero la lengua se negó a hacer amistades lamiendo algunas manos.
El personal del santuario se marcó los dos caminos que encausarían el trabajo; restablecer la salud de la perra, y ganar su confianza. Varias semanas de horas lentas y largo aliento fueron testigo del empeño, y el empuje de la insistencia mostró su rostro amable al cuajar con éxito los dos objetivos. También darle un nombre, Jasmine, luego, la gente del sitio se embarcó en la consecuente obligación; buscarle un hogar adoptivo. Mas, en la cabeza de Jasmine bullían otras ideas. Nadie recuerda cómo, pero empezó a cobijar bajo el manto de su cuidado a todos los huéspedes que arribaban al santuario. Sin distinguir entre un cachorro de perro, de zorro, un pájaro, u otro animal recuperado o herido, Jasmine lo acogía y se dedicaba a lamerlo con maternal entrega, sin ceder al cansancio ni darle luz a la tentación del descanso.

Geoff evoca uno de los primeros contactos: "Fue con dos cachorros que habían sido abandonados cerca de una línea de ferrocarril. Uno cruza de Lakeland Terrier, y el otro cruza de Jack Russell Doberman. Eran pequeños cuando ingresaron al centro. Jasmine, al verlos se acercó, y con la boca cogió a uno por encima del cuello y delicadamente lo puso en el sofá. Luego hizo lo mismo con el otro. Después se sentó en el medio de ambos a atenderlos tal si fueran sus cachorros".

"Ella es así con todos nuestros animales, incluso con los conejos. Con su protección los conquista y los ayuda a sentirse integrados; a aceptar su nuevo entorno. Ha hecho lo mismo con cachorros de zorro y de tejón. Lame a los conejos y a las cobayas, a los gatos, e incluso permite que las aves se posen en el puente de su nariz". Así, delante de los ojos emocionados de la gente del Centro, Jasmine, aquella perra estigmatizada por el maltrato y el abandono, derivó en madre sustituta de los animales residentes; un papel para el que parece haber nacido.

Muchos animalitos jóvenes, que entraron tiritando de inseguridad, trayendo en las miradas el espejo de la desolación, se beneficiaron de su asistencia. La larga lista la conforman; cinco cachorros de zorro, cuatro de tejón, quince polluelos, ocho cerdos de Guinea, dos perritos callejeros, quince conejos, más algunos corzos y ciervos. Jasmine, con la amplitud de su cariño consigue, que las criaturas de diferentes especies no se maten entre ellas.

Merece destacarse la entrañable relación que mantienen Jasmine y Bramble, un diminuto cervatillo de once semanas de edad, encontrado semi-consciente en un campo. A su llegada, la perra lo arrimó a ella a fin de mantenerlo caliente, y persistió en su propósito jornadas tras jornadas, asumiendo plenamente la función de mamá. "Bramble y Jasmine son inseparables" -dice Geoff-. "Él se pasea entre las piernas de ella, y en todo momento se intercambian besos. Es un placer verlos caminar juntos por el Santuario".

Bramble seguirá al cuidado de Jasmine, hasta que la edad le amuralle el cuerpo y el instinto de supervivencia dirija sus pasos, facilitando así su devolución a la vida del bosque. Y cuando el instante los enfrente al alejamiento, la libertad burbujeará en la sangre de Bramble, y el ánimo de la perra se quedará flotando en el vacío de la ausencia. El cervatillo volverá junto a sus pares, y Jasmine buscará otro destinatario donde encausar su ternura.

De izquierda a derecha; Toby (un perro callejero), Bramble, Buster (un Jack Russell), un conejo, Cielo (un búho herido), y Jasmine, la "madre" de todos. Los próximos animales que arriben a “Nuneaton Warwickshire Wildlife Sanctuary”, allí la conocerán. Allí los estará esperando el amor de una perra que habita sobre la división de las especies. Porque el amor, siempre será un caudal con alas propias, que surca el espacio de los sentimientos con abrazo transparente.

Historia e imágenes tomadas de Internet.


Con cariño Victoria

viernes, 12 de agosto de 2011

La historia de Edward

Tras seis años de servicio, Edward, un precioso labrador, perdió la vista y necesitaba tanto como su amo, ayuda para moverse

Varios accidentes a lo largo de su vida han provocado que el británico Graham Waspe, de 60 años, sólo conserve parcialmente la vista de un ojo. De ahí que, en el año 2004, le asignasen un perro guía.
Se llamaba Edward y era perfecto. Todos en el condado de Suffolk lo adoraban porquesiempre acompañba a su dueño a las charlas informativas sobre perros lazarillo y le encantaban los niños.

Pero el pasado verano sucedió algo que cambió sus vidas: Edward tenía un glaucoma inoperable y los médicos tuvieron que acabar extirpándole los ojos. Nunca más podría volver a ser el que era y su dueño lo sabía, pero también era consciente de lo mucho que le había ayudado durante los últimos años y decidió que, si le daban un nuevo perro guía, su amigo canino y él podrían compartirlo.

Hace tres meses , Opal, una hembra labrador de 2 años, entró en el hogar de los Waspe y consintióen hacer algo muy especial para lo que nadie la había adiestrado: cuidar a la vez de dos ciegos, su propietario y el perro lazarillo de éste.
"Opal ha sido lo mejor que podía pasarnos a ambos. No sé que haríamos sin ella", dice orgulloso su dueño.
La suya empezó siendo una relación extraña, pero ahora, Opal y Edward se han convertido en inseparables. "Son muy cariñosos y les encanta tumbarse juntos", explica Graham.
Sandra Waspe, la esposa del invidente, también está encantada con sus dos perros. "Nos hundimos y lloramos como nunca la noche que nos dijeron que debíamos quitarle un ojo a Edward", recuerda apesadumbrada.
"Graham me preguntó entonces: ¿crees que volverá a ser feliz?. Poco después nos dijeron que tenían que extraerle el otro ojo. A pesar de todo, sigue disfrutando enormemente de la compañía de los niños y le encanta ser el centro de atención. Aún es muy popular. Quizá hasta más que antes".

Opal llegó a las pocas semanas de que Edward se quedase ciego. "La tuvimos en casa incluso antes de lo que preveíamos porque, desgraciadamente, había otras dos personas en nuestra misma zona a las que se les acababan de morir sus perros guía. Nos la dieron el 12 de noviembre, empezó la adaptación con Graham el día 16 y, en diciembre, ya estaba preparada para guiarlos a él y a Edward".

La hembra congenió enseguida con su nueva familia gracias a la ayuda de su amigo canino. "Edward perdió la vista en octubre, pero se adaptó con gran rapidez a su nueva situación", cuenta su amo.
Además de seguir con las charlas sobre perros guía, los Waspe han fundado una asociación local para potenciar las habilidades de perros tan especiales como los suyos.






Quiero dar las gracias a tod@s los que me habeis dejado tanto cariño en los comentarios..Vuestras llamadas y sobre todo vuestro apoyo siempre incondicional
Gracias Marín por saber que siempre te tengo ahí para echarme un capote que sé que lo harás de todo corazón
Este blog tiene que seguir adelante..Ellos NOS NECESITAN
Con cariño Victoria

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